top of page

EL TÓXICO MUNDO GAY.


Intoxicate me now” dijo Britney, y como faro de los gayses, muchos se lo tomaron muy en serio. Bueno, yo también me lo tomé muy en serio durante mucho tiempo.


¿TAN LINDO Y SIN NOVIO?” sin soberbias ni adulaciones o egolatrías, es una pregunta que me han hecho varias veces en la vida. Antes, simplemente contestaba cualquier cosa y ya, seguía. Pero desde que comencé el año pasado un proceso de conciencia, esa pregunta, que antes veía normal ya me pone a pensar bastante, y no porque me incomode, me de rabia o me ponga triste, para nada jajaja sino por pensar en cómo estamos haciendo nuestras “neuro-asociaciones” con las cosas... ¿a partir de qué? ¿Por qué asociamos que la belleza es la llave al amor? ¿Por qué seguimos teniendo como primer ítem en la lista esa probabilidad de que si el otro es bello me va a dar bonitas crías? ¿Por qué para el amor seguimos utilizando en primera instancia el cerebro reptil?


A una de esas preguntas, le respondí “¿Es que lo lindo viene con el novio incluido o qué?” y a su vez él me contestó “Pues es que para vos es más fácil que para mí tener novio porque sos pinta, pa´ mi no. Cuando no eres atractivo es muy difícil alcanzar al man del otro lado, debes esforzarte más duro si no la tienes (la belleza)”. Me quedé en una pieza de lo hondo que ha llegado ese juego de aquella otra cara del “mundo gay”.


Con esa respuesta, sentí como si sacaran un papel de una balota y Effie dijera mi nombre, llevándome de inmediato a una nave y tirándome en una arena de combate donde para ganar tenía que pelear y combatir con otros. Sí, así como en “Los Juegos del Hambre” que luego de ser elegido para competir te dicen “(…) Y que la suerte siempre esté de tu lado”, la suerte. Ese “mundo gay” es un juego.


Solo cuando empezamos a ser conscientes de nosotros y nos quitamos la venda es que entendemos claramente lo que sucede. Lo vemos como paisaje, porque así ha sido la dinámica siempre, porque cuando salimos del closet y comenzamos a vivir nuestra sexualidad nos vendieron un viaje a un distrito llamado “El mundo Gay”, con una falsa promesa de poder ser nosotros y no teniendo otros referentes, compramos tiquetes sin ver cuanto costaba y todos fuimos a parar allá, porque no había a donde más ir.


Auxiliares desarmar deslizadores. Chequeo cruzado”. Llegamos y quien dirige la nave nos dice:

“Bienvenido al “mundo gay”, en donde si no eres lindo, no cuentas. Donde si no tienes dinero, no vales. Donde el físico importa más que los sentimientos y donde para sobrevivir deberás estar comparándote con todos, porque cualquiera puede ser tu competencia. & ahora sí, que empiecen los juegos. Tienen 3 armas: el dinero, la belleza o la masculinidad hegemónica. Solo gana quien sea “EL GAY IDEAL” ¿El premio? El amor y el hermoso cuento de hadas de envejecer junto a un hombre y que te ame por siempre. Que la suerte siempre esté de tu lado”.

El juego del “mundo gay” básicamente se reduce a responder al canon de ser el “Gay Ideal” para “ser deseados y posteriormente amados”. Es como un juego de castas y la casta con menos valor es la de los hombres femeninos. Este estándar hegemónico producto de lo que el machismo quiere que seamos los gays (si, porque una gran parte de la comunidad gay respira machismo): el macho, barbado, velludo, malote, musculoso y rudo es la mezcla que da como resultado ese imaginario del “gay ideal”. Ahora bien, todos los que no respondan a este canon son invisibles, despojados de todo deseo o simplemente toman el lugar del “payaso”. Por ende, estas mismas personas que no respondieron al canon, que no encajaron, solo sabrá Dios como conseguirán quien los quiera o quien quiera tener una relación con ellos.


Un juego corrosivo y venenoso que lo único que ha hecho es crear una herida en nosotros, una herida que en general, está abierta. Compararnos, rivalizarnos unos a otros, competir por quien es más lindo, quien es “más cool”, quien tiene el culo más grande, quien levanta más manes, quien es más deseado, simplemente por creer que estas actitudes nos hacen estar en el radar de la mirada masculina. Prevenidos, movilizados por el miedo y la inseguridad, por creer que todos son potenciales rivales.


Lamentablemente la única educación sexual gay fue la que nos dio el porno. De ahí como esa gran herida cada vez se infectaba más al no hallarnos en esos estereotipos y al no reconocer nuestro cuerpo y nuestra capacidad de ser deseados simplemente por lo que cada uno es. Lo malo no es hacer ejercicio, o ser vanidoso, lo malo no es que tengas barba y mucho menos que seas masculino, lo malo es hacer esas cosas por llamar la atención de otros. Lo malo es ver como muchos, por creer en ese juego, por forzar e intentar responder a ser el “gay ideal” renuncian a una parte de ellos y niegan lo que son. “Don't you know that you're toxic?” también lo dijo Britney y a eso si no le hicimos caso.


Por mi parte, tenía tantas estupideces en mi cabeza, que me dejé contaminar profundamente por lo que sucedía afuera pensando que la respuesta estaba ahí, en la forma. Antes era completamente inseguro y como muchos, en esos momentos en donde carecía de valor y amor propio, para mí la belleza era directamente proporcional al amor que alguien me iba a dar, o por lo menos los manes que yo quería que me dieran ese “amor”. Solo hasta que tuve un cuerpo atlético y me “cuajé” fue que los manes me miraron y me querían hablar…. mientras era delgado era completamente invisible para ellos. Obvio no para los manes, era invisible para unos personajes puntuales para los cuales yo quería estar en su radar.


Yo también he sentido que ser gay es someterme a ser hecho por otros y a devolverles a esos otros la imagen construida por su fantasía. Yo también decidí en un momento jugar ese juego. Pero así como decidí jugarlo, un día dije ¡NO MÁS! y dejé de competir y compararme con otros cuerpos, otros estilos de vida y otros hombres cuando me di cuenta que era un desgaste que no solo me hacía daño sino que no me llevaba a ningún lado. Cuando dejé de seguir intentando responder a algo que no quería ser y con algo con lo que no me identificaba. Cuando entendí que eso que me vendían como “premio”, que alguien solo me iba a amar si yo era el “gay ideal”, era un falso amor. Fue ahí que paré de correr en esa carrera.


Dejé de intentar ser algo que no era y comencé a ser lo que yo quería ser y como me quería ver. Entendí que no soy competencia de nadie y ninguno de ustedes es competencia mía, simplemente porque yo no estoy compitiendo y esto no es una carrera. Sé bien que cuando yo le genero cosas malas a alguien, solo por ver como soy, habla más de algo que tiene que solucionar él con él mismo, que de mí. Sé bien que la libertad con la que abrazo mi género es una amenaza para alguien que aún es esclavo de él mismo.

“No estar atrapado en el juego que todo el mundo está jugando, es profundamente preocupante para aquellos que todavía están jugando”.

Aquí no hay "premios", ni ganadores o perdedores, las personas, el amor y los hombres no son un trofeo que ganar. Tu no eres un premio que ganar. Cada uno tiene procesos distintos, y el tiempo de todos es único y perfecto sea cual sea en el momento en el que vayas. Como se los he dicho, cada uno es quien se da su lugar y cada uno es quien le enseña al otro como tratarnos. Solo tu eres quien permite si te tomas el veneno o no.


El amor no tiene nada que ver con que tan "lindo" seas y estoy convencido bebé, que el hombre que te va a amar realmente no va a ser el que te esté midiendo a ver cuantos de esos puntos del "gay ideal" cumples o no. El hombre que verdaderamente te va a amar es el que te ayudará a amarte más a ti mismo, el que hará que te enamores primero de ti y luego de él. Paciencia.


Suena muy exagerado, y seguro dirán “piri isi i mi ni mi pisi” (pero eso a mí no me pasa), pero si, señores, si pasa, a muchas personas les pasa eso y a mí me pasó durante mucho tiempo por estar jugando ese jueguito, una dinámica que solo alimentaba yo mismo. Paremos, creémos y vivamos una cultura gay sana, en donde en serio se movilice por el amor y no por el miedo, que ya hay una gran lucha por legitimar lo que somos en lo político y lo social, como para estar luchando entre nosotros.


Para terminar y sin pretender ser Katniss, este es mi mensaje para ese “Capitolio”, para esa cara del mundo gay tóxica y nociva: LO SIENTO CHIQUI PERO YA NO ESTOY EN TU JUEGO.



Ahora que ya todos somos cuajos y fitness es momento de preocuparnos en qué más tenemos para ofrecer ... solo quiero que te preguntes bebé ¿A qué estás jugando?



P.D: Si te gustó, compártelo Beta gracias por leerme bonit@ <3

Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

¿QUIERES HACER PARTE DE BTTM?

  • Black Instagram Icon
  • Black Twitter Icon
  • Negro del icono de Spotify
  • Black Pinterest Icon
  • Black YouTube Icon
bottom of page