PERO Y ¿CÓMO LO DEJO IR CARAY?
Niños, imagínense que una vez tuve una tusa muy horrible por un hombre, Valen, una de mis mejores amigas me dijo algo que se me quedó grabado y hoy quiero que hablemos de eso. Me dijo:
“Cami, imagínate que la vida es como un vagón de tren, y que hay un asiento ocupado por Fulanito (el man por quien sufría). Imagínate que el tren está llegando a la próxima estación, se detiene y se sube un hombre increíble, como el que te mereces, pero no se puede quedar en el vagón por que la silla que le correspondería está siendo ocupada por otro. Así que le toca quedarse en la estación mientras el tren vuelve a arrancar con Fulanito aun dentro de él. Solo tú eres quien decide hasta cuando Fulanito se queda anclado en tu vida y hasta cuando tú permites que el hombre increíble pueda llegar. Así que ve y dile a Fulanito que le agradeces de corazón ese gran maestro que fue, todo el cariño que se brindaron y toda la pasión que se tuvieron, pero que es tiempo que se baje del vagón para permitir que ese hombre increíble pueda llegar a tu vida.”
Obviamente mientras escuchaba la nota de voz de Valen diciéndome todo lo anterior, lo único que hice fue llorar y una vez terminé de hacerlo, aun sintiendo ese sueñito en el pecho (como le llamo a esa sensación de vacío en el pecho) fue inevitable preguntarme qué era eso que me anclaba y me aferraba a él y que no me estaba permitiendo soltarlo. Y es que la palabra “soltar” es muy fácil de pronunciar, de deletrear y de escribir pero es muuuuueee difícil de ejecutar caray!!!!
Vemos a diario una sobre-saturación de mensajes de coaching que nos invitan a “dejar ir” pero en ninguno nos enseñan cómo hacerlo. Y es que en lo personal, solo cuando uno se enfrenta a entender que duele más quedarse como uno está, anclándose a él, que el dolor natural de soltar, es que uno lo hace.
No les podré dar la fórmula de cómo se suelta o como se “deja ir”, porque no hay fórmula para eso como tampoco para el amor, pero les voy a decir esas cosas que a mí me han servido cuando estoy en ese proceso.
1. HACERLO DESDE EL ALMA Y NO DESDE EL EGO.
Y es que uno solo llega a soltar a alguien cuando lo hace desde el alma. Cuando luego de sanar todo ese ruido del ego que se enfrasca en frases como “es que no soy suficiente”, “es que soy mucho para él” o “es que me cambio porque no soy tan lindo” y muchas más ridiculeces que nos decimos intentando parar la hemorragia de nuestro ego herido vemos que comenzamos a avanzar. Y es que la única que puede curar al ego es el alma. Pero primero tenemos que sentir esa tristeza e intenso dolor, sacarla para poder empezar a ver lo realmente importante: La gratitud por ese maestro (el susodicho) que llegó a nuestras vidas para enseñarnos a través de este proceso que elegimos vivir, todos y cada uno de los aprendizajes que nos llevaran al siguiente nivel. Una de las mejores señales de que ya lo hacemos desde el alma y no desde el ego es cuando cantamos "Te Boté" no con "sentimiento" sino por gozadera.
2. BYE EXPECTATIVAS.
Del proceso de “dejar ir a alguien” creo que esto es lo que más me cuesta. Y es porque la única razón por la que no soltamos a un man que nos daña, así la vida nos haya mostrado de todas las maneras que él no es para nosotros (y que por ende nosotros tampoco somos para él), es porque en algún momento nos hizo felices, construimos expectativas (propias) y tenemos la esperanza que "algún día vuelva a ser así". & más que "lo que fue", es lo que "quisimos que fuera" lo que nos ancla realmente. Y en ese proceso de desprendimiento y soltar lo que uno deja ir son todas esas expectativas que tuviste de él, de nosotros y de esa relación que quisimos que fuera. Dejar ir es un ejercicio difícil porque de alguna manera estamos soltando lo que un día fuimos, es soltar una parte de nosotros.
3. SIN “HUBIERAS”.
Este “paso” del proceso fue algo que me hizo entender Gatisha, mi coach durante una de las terapias y es que una de las cosas que más ayudan a sentir paz para tomar la decisión de soltar a alguien es cuando se está completamente tranquilo que se hizo todo lo que sentimos desde el alma y nos nació hacer. Como ella me dijo “dejamos todo en el alambrado” y hacemos todo eso que en el fondo queríamos, eso que en el fondo nos nacía hacer. Para quedarnos sin “es que hubiera luchado más”, “es que hubiera dado todo de mí”, “es que hubiera sido más valiente” y simplemente estar con el corazón tranquilo que lo dimos TODO.
4. PACIENCIA, TIEMPO AL TIEMPO.
& por ultimo entender que tomará tiempo, paso a paso, día a día se irá yendo poco a poco si somos conscientes de nuestro proceso y como lo dije antes lo hacemos desde el alma. Que habrá días que queremos tirar todo a la M**** y que otros simplemente nos sentiremos empantanados… PACIENCIA bebé que todo pasa, no te presiones a solucionar las cosas ya o de la noche a la mañana. Tiempo al tiempo, date tiempo y confía en ti.
5. DIOS.
No sé si seas creyente o no, pero por lo menos yo sí, y mucho. Y una de las cosas que más paz me da, es que cuando me siento agobiado en ese proceso de soltar, lo que hago es entregárselo a Él, porque que siento que muchas veces hay sentimientos o situaciones que son mucho más grandes que yo, pero no más grandes que Él. Entonces, aunque los asumo le chuto el balón para que me ayude a llevarlos de la mejor manera.
No sé si les sirva, hablo desde mí, de lo que me ayuda cuando de soltar se trata. Sentir cada cosa que tengamos que sentir. ¿Qué sentimos rabia hoy? Vámonos a entrenar y darle como a rata a esas pesas. ¿Qué sentimos tristeza? Veamos chick flicks y lloremos como nunca. ¿Qué hoy me siento reeee chimbita y siento que recuperé mi poder? Echémonos ese splash de PINK que huele a coco por todo el cuerpo, pongámonos nuestro crop top más lindo y salgamos a bailar reggaetón. No nos reprimamos, ni nos resistamos a ningún sentimiento porque eso solo vuelve la carga más pesada.
Y si la pregunta es ¿Qué se siente dejar ir? La respuesta es GRATITUD, porque dejar ir no es decir adiós, dejar ir es decir gracias. & es solo ahí, desde la gratitud, que alguien sigue su camino.
Besos para ti <3
