"Y MISS UNIVERSO 2018 ES... TRANS"

Los reinados de belleza, han sido siempre un guilty pleasure para mí. ¿Por qué culposo? Por lo que representa para la lucha feminista estos espacios que cosifican a la mujer, pero de eso no hablaré hoy. El concurso mundial de belleza, Miss Universo, fue fundado en 1962 y que como objetivo durante muchos años, fue elegir a la “mujer más hermosa del mundo”. Otorgando este título bajo elementos supremamente subjetivos como lo es la belleza física.
El lema de este año era “MISS UNIVERSO: MUJERES QUE BRILLAN”. Hoy la Miss Universo se elige por ser una mujer que su historia de vida marque pauta, que rompa esquemas, que muestre otras realidades y que demuestre que la vida, como la belleza, son diversas y no hay una sola manera de ser. El concurso (sin quitarle el impacto que tiene en los arquetipos ideales de lo que “debe ser una mujer” y su origen machista) está cambiando y nos está mostrando las mujeres llenas de contenido que hay detrás del rostro bello.
Miss Vietnam tenía que casarse a los 14 años y prefirió la educación. Usó pantalón en la gala, tiene el pelo corto y desfiló en traje de baño, con tanta seguridad y destreza, como si en su país el cuerpo fuera un espacio libre, no dejó espacio para pensar que allí, todos los días se vive una batalla en la que el cuerpo femenino es un territorio de guerra y culpas. Y así, como la lucha de Miss Vietnam, cada candidata vivía o vive la suya.
Todas tienen sus batallas, internas y sociales para poder llegar a pararse en ese escenario y brillar, bajo los intereses que cada una tenga en el concurso y en ser una reina de belleza. Nunca demeritaré la lucha de ninguna mujer, porque el simple hecho de llevarla en un mundo con una cultura que no está pensado para ellas ya es un acto de fortaleza y valentía. Pero la lucha de Ángela Ponce, Miss España 2018 es diferente. Que ella fuera a participar a Miss Universo, es diferente. Ni más, ni menos importante que la lucha de las demás, simplemente: DIFERENTE.
Esta vez la discusión en redes, desde hace meses, no se dio por ver quién era más hermosa que quien, sino por decidir si una mujer transgénero era o no digna de participar en un certamen de belleza de mujeres cisgénero. Y es que para los que no lo saben, desde 2012 el certamen modificó sus estatutos para permitir que también las mujeres trans pudieran participar del reinado, por decisión de Donald Trump, quien en ese momento era propietario del concurso.
La participación de Ángela en el concurso hizo que aflorarán todos los sentimientos y pensamientos desde el amor o desde el odio sobre ser trans. Llegaron los comentarios ofensivos y luego los memes y los “chistes” burlándose de la condición de Ángela y en general de las mujeres trans. Cuánto daño hace el “humor” y cuanto pueden llegar a doler “los chistes”. Y es que el “humor” siempre ha sido una herramienta para normalizar las violencias y la discriminación. Porque la burla desacredita y le quita mérito/relevancia a las cosas. Ningún acto de discriminación es “light” o habrá que normalizarlo. La discriminación no da risa.
Valeria Morales, Miss Colombia 2018 dijo que “los concursos de belleza de mujeres eran para mujeres nacidas mujeres”. A esto, muchas personas defendían a Valeria alegando que “era su opinión y que eso no la hacía transfobica”. Todos tenemos opiniones, todos tenemos puntos de vista que solo hablan de la capacidad y la cosmovisión que cada uno tiene, desde la información o desinformación que tengamos. Pero, cuando una opinión demerita, enjuicia o atropella los derechos de alguien, cruza la raya y esa opinión se vuelve violencia. La opinión de Valeria es violenta, porque desacredita la identidad de una persona y le niega el derecho a ser ella misma en un espacio que ya la incluía. Igual, al final del día, lo que Valeria piense de Ángela habla más de Valeria que de Ángela.
Uno de los derechos humanos que tiene una persona es el derecho a la identidad y a pertenecer. Y eso es lo que se hace desde la intolerancia y la falta de empatía por las personas trans cuando no se les reconoce ni se les valida, se les niega el derecho a SER. & Ser mujer tiene muchos matices, y las mujeres trans, como Ángela Ponce, hacen parte de ese abanico de posibilidades de ser mujer.
En América latina, la esperanza de vida de las personas trans es de 35 años. La tasa de suicidios más alta en el colectivo LGBT es por parte de hombres y mujeres transgénero, casi siempre mientras son niños, superando el 40%.
“Muchas personas no tienen la información de lo que es ser una mujer transgénero. Tener esa parte de ti que dice que tu identidad es femenina. La identidad viene con nosotros antes de nacer. No podemos seguir repitiendo patrones pasados, obsoletos (…) Estoy aquí para representar la diversidad del ser humano en el mundo. Mi esperanza es que el día de mañana podamos vivir en un mundo en igualdad para todo. Simplemente que entendamos que somos seres humanos y que tenemos que hacernos la vida más amigable los unos a los otros. Estoy segura que la realidad de muchas personas van a cambiar y si yo se lo puedo llevar al mundo, lo voy a hacer.”.
Estas fueron las palabras de Ángela, en el homenaje que le hizo el certamen a ella. Al verlo, me llenó el corazón y me puse a llorar. Me tocó el alma y esas palabras, llenaron de amor la herida que alguna vez tuve con lo masculino, con el género y con ser yo mismo.
Es normal, que ante los paradigmas sociales del género (resultado del patriarcado y el machismo en el que todos hemos crecido) a muchas personas les cueste entender la transexualidad. Hubo un momento de la vida, cuando era más pequeñito, donde a mí me costó, donde yo no entendía y donde yo también me juzgue por tener un alma femenina y juzgaba todo lo femenino que había a mi alrededor. Porque de lo que no se habla, no existe y de esto, lo TRANS, no se hablaba, no se había hablado de esto hace mucho como hemos logrado hablarlo, de alguna manera, en este tiempo.
Aceptar y entender lo trans, como para aceptar y entender cualquier otra cosa que nos remueva las creencias y los paradigmas internos, se ha de necesitar TIEMPO y PACIENCIA. Cada uno va en tiempos distintos, a unas personas les cuesta más tiempo a otros menos, por eso la lucha por la reivindicación de la igualdad de géneros siempre será un camino desde la paciencia, el valor y la empatía, de presentarle al otro lo que somos desde el amor.
Porque para vivir en paz y vivir bien, tendremos que desaprender todos esos prejuicios limitantes que el machismo lleva años enseñando y que lo unico que ha hecho es que nos acabemos unos con otros. Tenemos que tratarnos con más amor, entendernos los unos a otros. El mundo está cambiando.
Esto no fue un triunfo de ella o de un colectivo, sino de la humanidad. Mañana seremos padres, madres, abuelos y la realidad de Angela ya podrá ser la realidad de cualquiera y en ese momento agradeceremos que haya habido referentes que hayan cambiado las cosas.
“A mí no me interesa ganar Miss universo, a mí solo me interesa estar aquí”
Gracias Ángela por ser tan valiente y fuerte. Gracias por ser esa mujer a admirar. Gracias porque hoy y durante toda tu participación, hubo muchas niñas trans que necesitaban ver: QUE ESTÁ COMPLETAMENTE BIEN, HERMOSO Y VALIDO SER LO QUE EL ALMA SIENTE. Gracias por mostrar los matices de lo femenino, por hacer historia, por remover, por cambiar las cosas, por ser inspiración y ser la voz de los que no tienen voz.
Eres nuestra voz. Tu historia es nuestra historia.
P.D: Gracias por leerme bebé. Si te gustó, agradecería que lo compartieras :)
Mua!!!