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#13REASONSWHY : YO TAMBIÉN FUI JESSICA DAVIS.


Los que me conocen saben que soy súper llorón, cuando algo me parece demasiado tierno, cuando tengo rabia, cuando estoy triste, cuando estoy muy feliz, cuando me emociono, etc. Una de mis grandes virtudes es la empatía, que es esa capacidad de conectarse y entender los sentimientos ajenos, es por eso que en las películas lloro o hago tanto click con algún personaje de una serie.


Me vi “13 Reasons Why” hace aproximadamente más de 1 año y lo que me motivo inicialmente es que era una serie adolescente con clichés adolescentes y ese tipo de producciones me encantan. Respeto mucho las opiniones que tiene la gente sobre la serie pero a mí, ninguno de los problemas de #13reasonswhy me parecen light, ni exagerados ni mucho menos dramáticos. En lo personal me parecen completamente serios e importantes, problemas que siempre han estado y que debemos hablar de ellos, exponerlos y reconocerlos para poder hacer algo.


Cuando comencé a verla me incomodaba demasiado, me angustiaba por todo lo que le sucedía a Hanna, me partía el corazón ver a Clay sufriendo, pero sobre todo me tocó, cuando a partir de la cinta 9 se devela la historia de Jessica Davis, una hermosa y popular animadora de la preparatoria Liberty, quien fue violada y comienza una lucha interna por sanarse y emerger de sus pedazos rotos.


Muy pocos personajes han logrado conectarme y hacer que me identifique tan fuerte como lo hizo Jess. Y también me pregunté ¿Qué tenía ella que también tenía/tengo yo? Porque uno solo reconoce afuera lo que ya conoce adentro de uno mismo, somos espejos de todos. Aquí les dejo 13 razones de por qué yo también, en un momento de mi vida, fui Jessica Davis:


1 - Me llamaron “perra” solo por las maneras en las que expreso y vivo mi sensualidad y sexualidad. Me llamaron “puta” porque alguien rompiendo la confianza, filtró mis nudes e intentó usar mi cuerpo en contra mía.


2 - Creí que algo estaba mal en mí por ser yo mismo y no encajar en el canon señalándome como lo hubiese hecho el peor juez.


3 - Permití durante mucho tiempo que el mundo me pusiera una etiqueta, me definieran por una foto y luego me tocara demostrar que no era así. Por mi aspecto o por lo que escuchaban de mí decían que yo era “X” o era “Y”. Llegamos a empezar a esperar que nos pongan etiquetas, o peor, nos las ponemos nosotros mismos.


4 - Me costó perdonarme y perdonar a todos esos hombres a los que yo les había permitido pasar por encima de mí, a los que había dejado que me pisaran. Y digo permitir porque si alguien te pisa es porque hace rato tú ya estabas de tapete.


5 - Me cosifiqué y ellos me cosificaron, porque cuando esto sucede la responsabilidad solo recae en uno mismo, en cómo me veo y siento, y hubo un momento en donde me veía así: como una cosa, como un objeto que se podía tomar cuando quisieran. Entendí que el otro me trata como yo le enseño a tratarme, desde el ejemplo primario que el ve: como me trato a mí mismo. Que solo yo me doy el lugar que quiero que los otros me den.


6 - Me daba miedo y vergüenza hablar de lo que me sucedía, de cómo me sentía: triste, infeliz y mal, por cargar solo esas cosas que me angustiaban, eso que me arrebataba el sueño y a lo que yo le había entregado el poder de quitarme la paz.


7 - Perdí toda la confianza en mí mismo, en lo que yo era. Busqué mi poder afuera, en otros, porque yo se los había entregado, a otras personas o a otros chicos que me gustaban. Entendí que solo busca afuera quien no ha encontrado adentro, que no puedo buscar en otro hombre lo que primero tengo que darme a mí mismo.


8 - Preferí al “chico malo” por encima de un chico que me bajaba el cielo y me hacía sentir bien, solo porque no me sentía cómodo cuando alguien me trataba bonito. ¿Por qué? porque no me sentía merecedor de ello, de que un hombre me tratara con amor del bueno. Porque hubo un momento de mi vida en el que creía que el amor tenía que doler en alguna medida, me sentía cómodo cuando sufría y en que otro me hiciera sentir intranquilo, angustiado pues me había acostumbrado a que las cosas dolieran.


9 - Me importaba más como me veían y que pensarían los demás de mí, que como me veía y que pensaba yo de mí mismo. Olvidé lo que era solo por impresionar a personas a las que yo no les importaba. Fui lo que ellos querían que yo fuera, así eso me hiciera completamente infeliz.


10 - Me reduje a creer que solo valía para los hombres y que solo iba a entrar en la mirada masculina por cuan bello fuera físicamente, por si era o no atractivo para ellos. Que mi boleto para tener un “gran hombre” a mi lado era tener una cara hermosa y un cuerpo perfecto.


11 - Culpé por mucho tiempo a los demás de todo lo que me sucedía, sin asumir mi responsabilidad, sin entender que todo lo que me pasa es por la manera en la que vibro y que en esta medida atraigo o no a las personas que están en la misma frecuencia o resonancia que yo. Al final, solo yo decido qué y cómo las cosas que hacen o dicen los demás me afectan.


12 - Señalé, juzgué, critiqué y ofendí a otros por creer que estaba compitiendo con ellos y que eran potenciales rivales, porque creer que esto era una carrera llamada “HOT OR NOT”. Los descalifiqué y señalé sin tomarme un solo segundo a entenderlos, sin ponerme en sus zapatos, anulando cualquier señal de empatía o humanidad y cayendo en el juego.


13 - (Esta última razón no se las puedo compartir, espero que lo entiendan).

Jessica fue ese espejo de lo que algún día también fui, por lo que algún día también pasé y lo que un día también hizo que tomara la decisión de transformarme y seguir. Pero sobre todo #13REASONSWHY es una serie que muestra desde la crudeza, como NADIE SABE LO DE NADIE y cómo cada uno está pasando por una lucha interna personal, que la vida de nadie es facil, cómo algo para mi puede ser insignificante pero para el otro es un mundo, cómo nunca sabemos que palabra o que acto va a calar en la vida de otra persona.


Tenemos que mejorar, como nos tratamos unos a otros y como nos cuidamos, somos muy severos señalándonos y vamos por la vida diciendo y tachando a los demás con palabras y estigmas que hieren, que duelen y lastiman. Tenemos que mejorar de algún modo. Ojala pudiéramos ser esa persona que ve a los otros más allá de esas etiquetas, que ve lo que el otro es, que se permite conocer al otro desde lo que realmente es, como nos gustaría que nos vieran a nosotros, más allá de los tags.



Gracias por leerme chiqui <3

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